La explotación de la piangua, que sostiene a 30 mil familias, sobrepasó su límite sostenible.
Capturar pianguas es como salir a una faena de pesca en la tierra. Desde la frontera con Panamá hasta Nariño, y sobre todo en Bahía Málaga, Timbiquí, Güapi, Tumaco, Buenaventura y en los alrededores del parque Sanquianga (Nariño), miles de mujeres hacen pequeñas expediciones entre los humedales para capturar a este molusco, que sostiene una parte de la alimentación del Pacífico. Todo se resume en una frase: "El hombre se va a pescar y la mujer, a pianguar".
La piangua es una almeja negra de alto valor nutritivo, que abunda en los manglares. En estas zonas del país, es preparada en caldos, sopas, guisos y ceviches, y hace parte de la canasta básica familiar del Pacífico.
Su particular sabor ha trascendido a la alta cocina colombiana, al punto que una receta de tamales hechos con base en este molusco resultaron ganadores, en el 2008, del Premio Nacional de Gastronomía.
Sin embargo, el recurso alimentario, del que dependen más de 30.000 familias para su subsistencia, vive momentos de crisis y es urgente que su explotación sea ordenada.
La piangua es una almeja negra de alto valor nutritivo, que abunda en los manglares. En estas zonas del país, es preparada en caldos, sopas, guisos y ceviches, y hace parte de la canasta básica familiar del Pacífico.
Su particular sabor ha trascendido a la alta cocina colombiana, al punto que una receta de tamales hechos con base en este molusco resultaron ganadores, en el 2008, del Premio Nacional de Gastronomía.
Sin embargo, el recurso alimentario, del que dependen más de 30.000 familias para su subsistencia, vive momentos de crisis y es urgente que su explotación sea ordenada.
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